¿Qué tal, caballeros? Como se pudo ver recientemente en mi cuenta de Instagram, la semana pasada estuve de viaje en Andorra junto a mis amigos de Mazda para vivir otra experiencia inolvidable. Aprovechando las intensas nevadas que se habían producido en la península, nos desplazamos hasta el increíble Circuito de Andorra en Pas de la Casa para aprender a conducir en condiciones extremas. ¿Te gustaría saber todo lo que aprendí? ¡Pues sigue leyendo que te va a gustar!
Sí, tengo que mejorar mis caras de `acojoné y quitarme la costumbre de cruzar las manos al volante, un gesto peligroso que puede ser fatal en caso de colisión.
Seguro que aún tenéis recientes las imágenes del colapso de la AP-6 de las pasadas Navidades. ¿El motivo? Un temporal con nieve, una gran operación retorno y muchos (pero muchos) conductores sin preparación para conducir en la nieve. Es cierto que la DGT debía haber prestado mejor servicio pero, realmente, este colapso sucedió porque muchos coches se quedaron atravesados en mitad de la carretera por no haber equipado su coche de la manera apropiada.
El Circuito de Andorra cuenta con un recorrido de aproximadamente 1 km y es una auténtica pasada por las condiciones que ofrece.
En nuestro curso introductorio a la conducción sobre nieve, aprendimos que lo más importante es equipar nuestro coche con unos neumáticos apropiados para estas condiciones extremas. Algo lógico si tenemos en cuenta que ellos son los que están en contacto con la carretera helada. Los neumáticos de nieve, gracias a su peculiar diseño que atrapa la nieve (nieve con nieve = agarre perfecto), siempre serán la mejor opción para la conducción.
Si vives en una zona donde suele nevar bastante en invierno, el consejo es que pongas neumáticos de nieve durante toda la temporada de frío y los sustituyas cuando empiecen a subir las temperaturas en primavera. Su rendimiento con bajas temperaturas es muy superior a los normales y solo empieza a decrecer cuando las temperaturas superan los 20ºC.
Si por el contrario, tu vehículo va a tocar la nieve en casos muy puntuales, las cadenas serán la opción recomendada (aunque el rendimiento siempre será bastante inferior al neumático de nieve). A pesar de ir equipados como se recomienda en la DGT, aquí habrá que extremar las precauciones y debemos pedirle todo a nuestro coche con un `por favor´: por favor para acelerar, por favor para frenar, por favor para girar... La `educación´ sobre nieve es clave y nunca, bajo ningún concepto, hay que confiarse. Por eso, todas nuestras acciones al volante habrá que llevarlas a cabo de forma muy suave para evitar volantazos inesperados que acaben mal.
¿Impresionante, verdad? Otra historia diferente es si conducimos un CX-5 con i-ACTIV AWD, un revolucionario sistema de Mazda que, gracias a sus 27 sensores, hace 200 mediciones por segundo para predecir qué va a pasar inmediatamente. De esta forma, cualquier adversidad es leída con antelación y corregida en el momento de impacto.
En nuestra experiencia en circuito, pudimos comparar la conducción sobre nieve de un CX-5 normal y otro con sistema i-ACTIV AWD. Lo cierto es que era muy llamativo ver cómo el segundo prácticamente no se veía alterado en los giros sobre nieve. Sin duda, otro avance de la firma nipona que no hace más que aumentar mi enamoramiento por el nuevo Mazda CX-5.
En fin, espero que nos volvamos a ver pronto... Jinba Ittai!
Más información | Mazda
Artículo publicado por Javier Ollero para Rayas y Cuadros (www.rayasycuadros.net)
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